La tarde que se sentía hoy en Argentina era una muy especial, sobre todo para los que viven en el barrio de La Boca en Buenos Aires, luego de tres años el clásico más importante del país regresaba a la gente de la ciudad. Era una cita emocionante en el duelo que tendría Boca Juniors y River Plate por la fecha 18, de la segunda fase de la Primera División argentina, ambos en igualdad de puntos buscaban desplazar al otro de la pelea por el título.
En el Estadio Alberto J. Armando era un ambiente envidiable para cualquier liga del mundo; pancartas, banderolas, camisetas, pinturas, entre tanta parafernalia que añadía a la mística de este encuentro histórico. La realidad de ambos conjuntos es algo bastante interesante, no solo los dos estaban en la misma posición de la tabla, sino que venían con una racha de siete partidos sin perder, de no ocurrir algo inusual, uno de esos invictos a caería a la puesta de sol.
Desde la previa se podía ver como River tenía un planteamiento diferente a lo que acostumbraba Marcelo Gallardo, una linea de tres y Pinola de titular, además se le añade una dupla ofensiva curiosa en Matías Suárez y Pablo Solari. Boca salía con el once de gala, que si bien no venía en el mejor momento futbolísticamente hablando, los números respaldaban a Hugo Ibarra a la hora de presentar su equipo a la cancha, con Luis Advíncula de titular y Carlos Zambrano esperando en la banca.
Al paso de los primeros minutos se notaba la intensidad esperable de un clásico de este nivel, lamentablemente, esa algarabía en la tribuna no se reflejó demasiado en las jugadas por parte de ambos equipos, no decantando el partido para ninguno. Es así que los primeros 45 minutos terminaron en igualdad y en el complemento se vio un Boca más decidido y con algo más de iniciativa ante un River que sufría en el mediocampo, el marcador no seguiría en cero mucho tiempo.
712 minutos pasó desde la última vez que Darío Benedetto anotó un gol, en ese tiempo llegó una noche oscura en los penales fallados que terminaría sacando a su equipo de la Copa Libertadores, la temporada había sido muy tormentosa para el ´9´, pero un clásico siempre es oportunidad de redención. Y es que más allá de las criticas, toda la ´Bombonera´ estalló a los 65´ cuando se mandó un cabezazo para abrir el marcador con una celebración particular en desahogo por los duros meses vividos.
Con el gol del ´Pipa´, Ibarra supo que era momento de defender el resultado, por ello metió a Zambrano y el partido se hizo más espeso para ambos, con expulsión a Marcos Rojo a los 97´ incluida. El pitazo final llegó y Boca subió a la cuarta posición de la tabla, a dos puntos de Atlético Tucumán llevando su invicto a nueve partidos, por su parte, River se aleja en la séptima posición en un momento difícil para el equipo del ´Muñeco´.