El Espanyol y el Barcelona quedaron en tablas en el partido broche de oro del año liguero en España. Con otro show de Mateu Lahoz, árbitro sobrevalorado que animó un partido soporífero por sus terribles decisiones. Tras 70 minutos para los bostezos, el señalado como artífice del escándalo entre el Argentina contra Holanda de cuartos en Qatar, con una lluvia de tarjetas (15 amarillas y 2 rojas) le dio algo de ‘espectáculo’ a un derbi catalán olvidable.
Marcos Alonso adelantó rápido a los locales luego de un córner que cabecearon Lewandowski y Christensen. El zurdo sólo la añadió al tercer testazo sin oposición alguna. Pese a esto, los ‘Pericos’ ni se inmutaron todo el resto del encuentro con un plan timorato propuesto por Diego Martínez.
El problema para los ‘blaugranas‘ es que no saben cerrar sus partidos. Es una constante de la ‘xavineta‘. Los culés se aburguesan cuando están arriba en el marcador y hoy, no fue diferente, con otra demostración de su status quo esta campaña. Además, con Mateu, espectáculo y polémica siempre va haber.
Cuando no, Lahoz
El derbi se había calentado en la previa gracias al caso de ‘Lewy‘, que pudo jugar gracias a la decisión de última hora de un tribunal de Madrid, pero toda la ola de criticas provocada por la inclusión del polaco se diluyó en cuanto se puso el balón en juego. En la recta final el ‘efecto Lahoz’ brindó réditos a la grada.
Y así fue. A falta de 20 minutos, un pisotón de Marcos Alonso sobre Joselu acabó en penalti que transformó el propio delantero. Los nervios inundaron a los de Xavi que cambió a sus extremos: Ferran y Dembélé entraban por Raphinha y un Ansu Fati.
No obstante, una doble amarilla a Jordi Alba metió más nafta al juego. Pero eso no quedó ahí. Un minuto después, la visita se iba a quedar con nueve por doble amarilla a Vini y roja directa a Cabrera. Pero tras revisar la jugada en el VAR, el colegiado se retractó y le quitó la roja al uruguayo ¡Si quieren show… acá tienen show!
El Barça se despertó tarde y quiso hacer en diez minutos todo lo que no pudo desde el pitazo inicial. El Espanyol resistió y amargó la fiesta culé. Los azulgranas terminan el año claudicando sus chances de ser únicos líderes del torneo y pasarán una noche vieja compartiendo la punta con su archirrival, Real Madrid. A esperar a los reyes magos, que se viene un durísimo 2023 para los de Xavi.
Redacción: Bruno Salas