Mucha preocupación dejó el reciente paso del huracán Beryl en el Caribe. El ciclón dejó hasta el momento el saldo de seis vidas humanas y las alarmas que se encendieron se debe a que en una etapa temprana alcanzó la categoría 5 en esta temporada de huracanes por esta zona del Atlántico.
Por la noche del lunes alcanzó el máximo nivel según la escala de Saffir-Simpson (que mide los ciclones por sus vientos) y para la tarde de este martes bajó a 4, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de EE.UU., con sede en Miami. En la isla de Granada se registraron tres fallecidos.
El primer ministro de este país, Dickon Mitchell, señaló que cabe la posibilidad de que se encuentren a más víctimas mortales en su territorio y en la isla contigua de Carriacou. Señaló además, que el gobierno granadino hace esfuerzos para conseguir un helicóptero para visitar Carriacou debido a que el mar está agitado y no pueden acceder por vía naval.
La Comunidad del Caribe (Caricom) ha sufrido varios daños materiales en carreteras, edificios y embarcaciones a causa de este primer huracán de la temporada, por lo que suspendió su reunión anual y convocó a una junta virtual para evaluar los daños y diseñar una respuesta colectiva.
Otro país afectado es Venezuela, que reportó dos muertos este martes, cinco desaparecidos y unas 600 viviendas dañadas en el estado de Sucre, al noreste del país, esto debido al desbordamiento del río Manzanares.
En Puerto Rico se procedió al cierre temporal de balnearios en el norte y suroeste de la isla porque las condiciones no so adecuadas para los bañistas, y en República Dominicana se emitió una alerta en 24 de las 32 provincias, debido a que los efectos provocaron el inicio de evacuaciones.
