Pese a jugar más de 50 minutos con un jugador menos, el Bayer Leverkusen condujo la final de la Supercopa de Alemania a los penales tras un agónico empate a dos goles y en los tiros desde los 11 metros se impuso por 4 a 3 al Stuttgart en el BayArena para conquistar por primera vez este torneo.
El equipo de Xabi Alonso, campeón de Bundesliga y Copa de Alemania, no tardó en ponerse adelante en el marcador y a los 11′ de un tiro de esquina al segundo palo, Edmond Tapsoba apareció y de cabeza cruzó la pelota y para asegurar el tanto, Victor Boniface puso el pie para terminar de empujarla.
Sin embargo, la respuesta de los ‘suabos’ no tardó en llegar y cuatro minutos después Chris Fürich sacó un centro rasante al medio del área y ahí Enzo Millot le pegó fuerte en primera al segundo poste de Lukáš Hrádecký. La visita llegó a tener tres tiros al palo y en su mejor momento, acabó con un hombre más debido a la expulsión de Martin Terrier al 37′ por un pisotón sobre Ermedin Demirovic.
Alonso debió sacar a Boniface por Jonathan Tah y el partido cambió. En la segunda parte el Stuttgart remontó a los 63′ con un centro de Frans Krätzig y la aparición de Deniz Undav, quien más tarde tuvo la chance de sentenciar la historia, pero dejó con vida al Leverkusen que no perdonó.
Patrik Schick ingresó para buscar la heroica y tras un primer mano a mano errado, al 88′ tuvo su revancha cuando una recuperación acabó en una combinación y la asistencia de Alex Grimaldo para que el checo mandé la definición a los penales. En la tanda los fallos de Krätzig y Silas le dieron el título a ‘Die Werkself’.